En un continuo caminar hacia Belén, nuestro Instituto vive la identidad carismática desde la contemplación del misterio de la Encarnación, misterio del Hijo de Dios que se hace hombre en Belén, en actitud de pobreza y humildad.
Este misterio nos conduce a asumir las actitudes propias de Belén, como lo hicieron el Santo Hermano Pedro y la Beata Madre María Encarnación.
El aspecto que constituye nuestra identidad carismática Bethlemita es, a la luz de nuestras Constituciones, el misterio de la Natividad en Belén, el amor y el dolor del Corazón de Cristo. (Dto. Concl pág. 27)
Origen Histórico del Instituto Bethlemita
Nuestro Instituto de Hermanas Bethlemitas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, surge de la Orden Bethlemita, iniciada en Guatemala en el año 1658 por el Hermano Pedro de San José Betancur, natural de las Islas Canarias.
Pedro entrega su vida al servicio de Dios en los pobres a quienes busca y atiende con gran amor y especial solicitud. Su casa es casa de todos; allí encuentran ayuda espiritual y material los que la solicitan, albergue caritativo los necesitados.
Atraídos por su vida, se unen a él varios hermanos de la Orden Tercera Franciscana, a la cual pertenecía también el Hermano Pedro. Lo toman como maestro para vivir en radicalidad las exigencias del Evangelio.
Por el mensaje que descubre en la Natividad del Señor, y por su gran amor a este misterio, Pedro dedica su casa a Nuestra Señora de Belén, y sus hermanos de comunidad toman el nombre de Bethlemitas.
En 1668, bajo la inspiración de Pedro, se inicia la rama femenina que atraviesa con el correr de los años, tiempos difíciles y llega a un cierto estancamiento espiritual.
En 1838 ingresa en el Beaterio de Belén, María Vicenta Rosal, natural de Quezaltenango, Guatemala, quien toma el nombre de María Encarnación del Corazón de Jesús.
Elegida Priora en 1855 emprende la reforma y revitalización del Beaterio; para esto escribe Constituciones fieles al espíritu de Pedro de San José Betancur y a su propia experiencia evangélica.
No aceptada allí su reforma, funda, para salvar el carisma del Fundador, un nuevo convento. Ella hizo posible que el carisma y la espiritualidad de Pedro de San José Betancur llegaran hasta nosotras mediante la Comunidad Bethlemita renovada por ella, y reconocida como instituto nuevo en la Iglesia, por aprobación jurídica, obtenida por decreto laudatorio el 20 de febrero de 1891. La aprobación definitiva del Instituto se recibió en 1909. (Introd-Constituciones)
Provincia Nuestra Señora de Belén
Nuestra Historia
En el Capítulo General de Agosto de 1965 celebrado en Bogotá, se pide a la Santa Sede el permiso para crear una nueva Provincia, la misma que estará constituida por las comunidades del Ecuador y Bolivia. La Provincia naciente, tendrá por nombre “La Dolorosa”, por la gran devoción que el pueblo del Ecuador profesa a Nuestra Señora bajo esta advocación.
En la circular No. 06 del 11 de febrero de 1965 la Madre Soledad Hernández, nombra como primera Superiora Provincial a la Madre Sofía Valencia.
El 23 de octubre de 1965 se establece la Provincia “La Dolorosa” con siete casas existentes, se inauguró solemnemente en la Catedral de la ciudad de Latacunga, el 20 de abril de 1965, ceremonia llevada a cabo por el Excmo. Sr. Obispo, Monseñor Benigno Chiriboga S.J. quedando como sede el Colegio de Latacunga, desde el 11 de mayo de 1965 día en que llegó la Hermana Provincial, hasta el 18 de enero de 1966 cuando el Gobierno Provincial se trasladó a Quito a un pequeño apartamento.
Casas que conformaron la Provincia naciente“La Dolorosa”
- Quito: Colegio, Hogar Universitario, Noviciado
- Tulcán: Colegio
- Ibarra: Colegio
- Latacunga: Colegio, Hogar “La Sagrada Familia”
- San Miguel: Colegio normalista
- Yaguachi: Escuela Parroquial
- La Paz – Bolivia: Obra parroquial y misional.
Provincia “La Dolorasa”
Primer Consejo Provincial
En la circular No. 001 del 19 de Marzo de 1965, la Madre Provincial, da a conocer los nombres de las hermanas que conformarán el Gobierno Provincial.
- Madre Sofía Valencia - SUPERIORA PROVINCIAL
- Madre Verónica Esparza - VICARIA PROVINCIAL
- Madre Ana Dolores Bermúdez - SECRETARIA PROVINCIAL
- Madre Inés de Jesús Jurado - ECONOMA PROVINCIAL
A petición de las Hermanas de la Provincia, en el capítulo General Celebrado en 1989, se cambia el nombre de la Provincia “la Dolorosa” por Provincia “Nuestra Señora de Belén.”
Nuestras Superioras Provinciales
Hna. Sofía Valencia
1965 – 1971
Hna. Ana Dolores Bermúdez
1971-1975 / 1980-1983
Hna. María Fátima Freire
1975-1977/1983-1989
Hna. María del Carmen Corral
1977-1980
Hna. Estela Muriel
1989-1995
Hna. Zoraida Álvarez
1995-1998
Hna. Martha Cecilia Pacheco
1998-2001
Hna. Genoveva Toscano
2001-2004
Hna. Ángela María Pinzón
2005 -2011
Hna. Teresita Salazar P.
2011-2013 /2013-2016
Hna. Marisol Santoyo Naranjo
2017-2019
Hna. María Imés Fustillos Toapanta
2019-2022
Nuestra Misión
Somos un Instituto Religioso con un carisma específico legado del amor del Santo Hermano Pedro de San José Betancourt y de la Beata Madre Encarnación Rosal, comprometido con la misión de educar niñas y jóvenes de las Provincias de Carchi, en Tulcán; Imbabura, en la ciudad de Ibarra; Pichincha, en Quito; Cotopaxi, en la ciudad de Latacunga.
Las nuevas formas de responder al llamado de Dios es una urgencia en el campo educativo; se buscan las mejores estrategias para educar y preparar a las niñas y jóvenes a fin de que sean partícipes del tiempo y de la historia. La educación requiere una mística de entrega, un noble servicio de amor, manteniendo una vitalidad positiva.
La obra de Dios se extiende en nuestro país Ecuador y Chile con Obras Parroquiales que como Iglesia viva se trabaja en esta bella misión con jóvenes, comunidades cristianas, grupos de oración, salud, catequesis parroquial, promoción humana etc.
Las hermanas han dejado huellas imborrables, cada una con su carisma, con una vivencia distinta, con un gran corazón, dinamismo, creatividad, sencillez, abnegación, trabajo, sabiduría. Hermanas que se adelantaron a la presencia del Creador y otras que siguen manteniendo la llama de la fidelidad y del amor para continuar siendo luz.